Gracias hermano

Este texto que sigue lo ha escrito mi hermano, Jesus, ante la publicidad aparecida en las guaguas de la península, un texto que cuando menos invita a reflexionar.


Evidentemente ese Dios no existe
Al menos no para los cristianos


En Madrid también se ha dado el visto bueno para que aparezca en las guaguas la publicidad de la asociación de librepensadores y ateos bajo el lema “Dios no existe, deja de preocuparte y disfruta de la vida”.
Evidentemente no creo en un Dios que me mande a preocuparme. Entendiendo preocuparme, tal como expone el diccionario de la lengua española, “ocupar antes o anticipadamente algo”, “prevenir a alguien en la adquisición de algo” y “producir intranquilidad, temor angustia o inquietud”. Yo creo en un Dios que me da tranquilidad, que me ama tal como soy, que me da seguridad y no angustia. Creo en un Dios que me alegra y me da felicidad para vivir cada día y que no me inquieta. Por lo tanto creo que los cristianos no debemos sentirnos ofendidos por esa campaña y tener muy claro que ese no es nuestro Dios.
Creo en un Dios que me manda a ocuparme, (sin pre) cada día, en ser mejor persona, a ayudar a los demás y a contar a todo el mundo la buena noticia de conocer a Dios que no me preocupa, sino que me ocupa y llena mi vida.
Vive la vida, dice la segunda parte del eslogan. Si Dios me impidiera vivir la vida, no sería mi Dios, sería un carcelero o terrorista. Si Dios no me diera la libertad de pensamiento y de obrar, no sería mi Dios. Si Dios no me dejara a actuar y vivir plenamente no sería el Dios en el que creo.
Creo en un Dios que me invita cada día a vivir PLENAMENTE la vida y, por tanto, no me impide vivirla. Me hace amar cada día más todo aquello que me rodea. No creo que exista modo mejor de vivir la vida que siendo cristiano, consciente de poder disfrutar cada día de las maravillas que Dios nos ha dejado como regalo.
Finalmente creo que debemos agradecer la campaña de las guaguas en Barcelona y Madrid, porque lejos de desprestigiar nuestra religión, lo que ha creado es un debate muy interesante para todos y que nos obliga a preguntar: ¿Quién es tu Dios? ¿El que te preocupa y te impide vivir la vida?.
Desde luego Dios va en guagua, en autobús y en tranvía, pero no en la publicidad por fuera, sino dentro, en cada uno de los pasajeros, en aquellos que, como yo, andan ocupados (sin pre) y felices por vivir la vida siendo un humilde viñador.


Gracias hermano por compartirlo.

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