Vacaciones navideñas, continuación

Creo que no será la primera vez que hablo Teglio en este blog, así que digamos, para hacerlo breve que es un pueblito perdido en las montañas de la Valtelina, tierra de Bresaola, pizzocheri e sciatt.
Todos los años en estas fechas navideñas pasamos al menos una semana en este lugar, este año ha tocado el fin de año. La parada obligatoria antes de subir a casa es hacer la compra, primero pasamos del super y luego del Bresesti Alimentari, ohhhhhhhhhhh, maravilla, a comprar bresaola, queso, panceta, salami ...., apenas entra te golpea este perfume a cosas buenas que te olvidas de la dieta. Este año he tenido el valor de preguntarle si me dejaba hacer fotos a su establecimiento que tenía un blog que hablaba de cocina y que me gustaría poner fotos de sus productos, me dijo que encantado y me abrió hasta el almacén, que lástima que a través del ordenador no llegue el perfume de todos estos quesos, hay uno que se llama "scimudin", que es un placer para las papilas gustativas...










Luego llegamos a casa descargamos, ordenamos, encendemos la chimenea... esto si que son vacaciones.
Los días los pasamos con tranquilidad, en casa, luego llevamos a las niñas a  aprender a patinar sobre hielo, a tomar chocolate caliente con nata en la única pastelería del pueblo luego el día sigueinte de año nuevo decidimos de hacer la ya típica excursión a Livigno, una especie de Andorra italiana, pero cuando ya estabamos casi llegando empezó a nevar y dimos la vuelta y regresamos a casa, y menos mal, porque cuando intentamos ponerle las cadenas al coche una de ellas se rompió, aún no me explico como se puede romper una cadena para la nieve, bueno el caso es que se rompió y cuando llegamos a casa llamamos para encargar unas pizzas  y nos pusimos a ver una pelicula, de repente la señal del satélite desapareció, miré por la ventana y ¡estaba nevando!, pero con copos de nieve del tamaño de una naranja, tuvimos que ir a comernos las pizzas directamente a la pizzería, pero no nos importó porque era maravilloso caminar bajo una nevada tan impresionante, se crea una especie de magia ... indescribible, nos pasamos el tiempo de ida y vuelta tirandonos bolas de nieve y jugando, cuando llegamos a casa sacamos el trineo y las niñas y el papá se lo pasaron pipa deslizándose por la rampa de acceso a la casa, al día siguiente evidentemente toca el trabajo de limpiar toda la nieve  de la nieve y echar sal para que si en el caso  volviese a nevar no se "posase"...
Pero en fin teníamos que volver... pero aún tengo el recuerdo de la nieve fresca que caía a mi alrededor...

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