Un poco de mi...

Hace exactamente una semana cumplí años, exactamente 42, fue un día muy raro, especial, inolvidable, porque sucedieron cosas bonitas y emocionantes... los días previos estaba bastante triste, porque desde que me vine a Italia no han sido tiempos fáciles, un día que pasaba aquí era uno en menos para regresar a mi casa, o sea, que tenía una cara larga, me miraba al espejo y me veía todas las arrugas del mundo, pensaba mucho en mi madre y que ni este año me podría llamar para cantarme el cumpleaños feliz ni  el feliz en tu día... en fin.... que estaba triste, lo cual es raro en mi porque me siempre me ha gustado cumplir años y me enfado mucho si mi familia se olvida de felicitarme, pero este año no era así...
El día empezaba ya triste, llovía, había dormido mal y no tenía para nada ganas de celebrar, pero mi pequeña duende Martina se encargó de traerme un rayito de sol, ella y su hermana me habían hecho unas tarjetas pintadas por ellas con tantos corazones y tantos te quieros que no cabían en la hoja de papel, pero mi Martina me había escrito una frase que me llegó hasta donde  solo una hija puede llegar, una frase que hace años le dije yo a mi madre,  que era, "mamá cuando sea mayor quiero ser como tú" y toda la tristeza que me había pesado durante días desapareció y dió comienzo a un día inolidable.

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