Esta receta es para hacerla, es exquisito, delicado y gustoso.
Como siempre un buen risotto va hecho con caldo, así que lo primero es preparar el caldo, yo como era la primera vez que hacía este risotto, lo hice bien hecho, es decir, con el caldo hecho como "Dios manda", agua, zanahoria, una rama de apio, la parte verde del puerro, un chorrito de aceite y sal, igual se puede hacer con los cacitos concentrados que han salido al mercado, buenos para cuando tienes un poco de prisa, en fin, donde elegir hay. Por cierto para el risotto el caldo siempre debe estar caliente, es decir siempre al fuego, bajo, pero constante.
Segunda cosa a preparar, las papas, peladas, cortadas a cuadrados, como para tortilla, pasadas por aceite hirviendo de manera que se doren, pero no se cocinen del todo, esto lo terminarán de hacer cuando las incorporaremos al risotto.
Luego el puerro cortado en trocitos, la parte blanca y un poco de la parte verde, para darle un poco de color al plato.
El arroz, parte evidentemente fundamental del plato, yo uso el arborio, por mi experiencia es el que más me gusta, pero como en todo que cada uno ponga el suyo.
Los otros ingredientes son, el vino blanco, el aceite, el parmesano rallado y para quien lo prefiera un poco de mantequilla para al final "mantecarlo" pero yo no lo he usado, prefiero un hilo de aceite EVO bueno al final.
Vamos allá, como ya he dicho lo primero es el caldo, así que una vez con esto hecho podemos pasar a la segunda fase, o sea la elaboración del risotto, he hecho varios así que el procedimiento es siempre el mismo, en este caso sustituido la normal cebolla con el puerro pero el resto es igual, el arroz tarda en torno a 20 minutos en cocinarse, a diez minutos le incorporamos las papas, y seguimos cocinando, antes de apagar le añadimos el queso, mezclamos y dejamos reposar unos cinco minutos y servimos. Toda una experiencia para las papilas gustativas.
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